Caracas 29
de septiembre de 2012.
Hola, querida
Julia. ¿Cómo has estado? Cómo va
el invierno? ¿Qué tal la cocina? Sé que he tardado un poco en
escribirte, pero la cotidianidad a veces me entretiene y lo pospongo.
Pensaba comenzar este relato con altas dosis de optimismo,
decirte que vamos bien, que a menos de una semana para las elecciones, siento
que tenemos más esperanza que ningún otro momento en nuestra historia
contemporánea, pero mientras intentaba tener un momento de esparcimiento (fui
al cine a ver To Roma with Love )me
llegaron tres mensaje de la muerte de
dos activistas de la oposición, en una caravana en Barinas (ya son tres, pues
uno de los heridos falleció hace una hora ) el Ministro de Defensa, sin esperar
que pase una hora, dice que fue un enfrentamiento, mientras en las redes
sociales ves un carnet con su cédula
y hasta el lugar de trabajo de uno de los atacantes, ya que se le cayó mientras huía. A eso
le sumas un par de comentarios que escuché: uno de una señora pro oficialista
diciendo que votar por la oposición era votar por el diablo, más mil
improperios; más tarde en el cafetín de
una clínica privada, una señora de clase
media maldice al Presidente. Probablemente esté particularmente sensible y esta
frase sea trillada: sólo espero que quien gane, llame y más que eso practique, la
reconciliación y la aceptación del adversario político, más que el enemigo
porque si no, estamos mucho mas perdidos que la Harina Pan en cualquier
automercado.
Saludos a novio,
Carlota.
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