Midwest Norteamericano, 02 de
Octubre de 2012
Querida Carlota:
De las noticias que me
cuentas, ya estoy al corriente. Internet ha hecho el acceso a la información
más fácil, aunque no estoy tan segura de que acorte distancias. Nunca hablar en
Skype y tomarnos un café con profiteroles en la Danubio podrán ser
equivalentes. Cuando llegué, me enteraba tarde de todas las cosas que pasaban
en Venezuela. Apenas veía algo en el Twitter intentaba llegar a la noticia que
había originado el comentario, y se me perdía. Pero con las semanas fui
aprendiendo. En Venezuela mi celular apenas enviaba mensajes. Yo no sé si soy
demasiado pobre o demasiado paranoica o una combinación de las dos como para
tener un teléfono inteligente en Caracas.
Pero apenas llegamos acá,
Novio y yo nos encontramos con una promoción fabulosa y salimos con teléfonos
fabulosos: un Samsung Galaxy II cada uno. No es el modelo más nuevo, pero para
mí hace milagros. Al telefonito le he bajado una aplicación que se llama TUNE
IN donde puedo sintonizar todas las radios del mundo sin importar que esté por
ejemplo, en el automercado. En las mañanas escucho a César Miguel, aunque por
una emisora del Táchira (los comerciales son un tripeo). En las tardes escucho
Aló Ciudadano. El Twitter me mantiene al corriente del resto y si está pasando
algo – la rueda de prensa de Caldera, el discurso de Capriles, una mal habida
cadena de Chávez – tengo la radio y la tele al alcance del Internet. Es una
maravilla.
De nuevo al tema de las
noticias que me cuentas, yo me estremecí cuando escuché sobre los asesinatos en
Barinas. Esto es lo más grave que ha pasado en toda la campaña (al menos, mi
opinión). Pero todo lo que vemos son las muestras de un gobierno desesperado.
Un gobierno que puede perder. Esa es una posibilidad consoladora. La reconciliación
es un tema que me llevaría demasiadas cartas, porque preocupa demasiado
Todavía no hay nieve aunque
el Pacheco se mete de lo lindo,
Cuídese en esas aventuras
electorales.
Julia
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